Hasta en las canciones más sencillas, los fabulosos cuatro tenían el don de expresar mucho con pocas palabras. Y aquí los tenemos, con el rigor y austeridad del buen matemático. Ella te ama, yé, yé yé. Directo, al grano y sin concesiones. A veces hay que andarse sin rodeos. Porque la falta de precisión se enmascara detrás de explicaciones aparentemente complejas. Que nos lo digan a los economistas. O a la señora Cospedal.
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