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jueves, 16 de octubre de 2014

Hey Jude, retruécano temporal

Cuando Jaime Pablo escribió Let it be, hacía ya tiempo que el submarino amarillo de los cuatro de Liverpool se adentraba sin vuelta atrás en el abismo de una separación sin retorno, que dejaría a la música popular huérfana para los restos. Quizá abrumado por lo oscuro de los tiempos en aquel umbral del año 70, el mensaje invita a la inacción esperanzada, casi de fervor trascendental. Déjalo estar, es lo sabio, la recomendación de la madre Mary. Nunca gustó demasiado a Lennon la píldora, a pesar de la magistral envoltura y el tono azucarado del acompañamiento. Y debo reconocer que a mi tampoco me deja tranquilo, aunque sea sabio consejo en situación límite. 

Es sin embargo fascinante que el propio Paul se diera a sí mismo réplica retroactiva, en lo que podríamos considerar un retruécano temporal o, viendo las cualidades del sujeto, un viaje temporal en toda regla. Y es que resulta que unos años antes, en 1968, escribía la clave de su inquietud futura. ¿Dejarlo estar? Sí, Después de cogerlo, llevarlo muy dentro y mejorar la canción. Hace ya diez años, el 25 de mayo de 2004 yo estaba allí, en cuarta fila del Molinón. El día que comprendí la respuesta, susurrada al cielo asturiano entre el aplauso de la multitud.

"Hey Jude, don't make it bad
Take a sad song and make it better
Remember to let her into your heart
Then you can start to make it better..."



domingo, 20 de octubre de 2013

Abbey Road, o cómo el todo puede ser mucho más que la suma de las partes.

Cuando los problemas llegan, quizá sea buena manera enfrentarlos directamente. Esconder la cabeza bajo el ala, al modo del avestruz, quizá solo sirva para empeorar irremediablemente la situación. Es lo que nos recuerda exquisito Juan Urrutia, en esta curiosa reflexión sobre la lección de Avelino. Pienso en ello mientras escucho el que para mí es, probablemente, el mejor disco de la historia de la música. Y es que resulta que El País, en un atinado esfuerzo de reflotar el socialismo felipista patrio, regala un disco beatle cada fin de semana. Y hoy ha tocado Abbey Road. Fascinante en su conjunto, constituye una verdadera terapia musical en medio de la ruidosa tormenta que acabó para siempre con la unión de los Cuatro Grandes. Probablemente, Octopus Garden y Something/Here comes the sun sean las mejores contribuciones en solitario de Ringo y Harrison. La cara B es una obra maestra Made in Paul ( que, curiosamente, parece ser el beatle más estimado entre los ingenieros de sonido que trabajaron con el grupo). Lennon contribuye con joyas como la maravillosa Come together, y la descarnada I Want You, perfecto presagio de la todavía por concebir Plastic Ono Band. En éste su canto de cisne (acompañado a la perfección con una magistral batería de Ringo), unos Beatles acosados y enfadados con el mundo ponen la otra mejilla, consiguiendo un resultado de proporciones bíblicas. Porque aunque nos intenten convencer con el Thatcheriano lema de Madrid como la suma de todos, siempre hubo algo más allá de la suma de las partes. Y la mejor prueba es este testamento musical eterno, que con la fuerza machacona del martillo plateado de Maxwell, seguirá recordándonos la magia irrepetible de cuatro chicos de provincias que cambiaron el mundo.



martes, 24 de septiembre de 2013

La matemática del She loves You

Hasta en las canciones más sencillas, los fabulosos cuatro tenían el don de expresar mucho con pocas palabras. Y aquí los tenemos, con el rigor y austeridad del buen matemático. Ella te ama, yé, yé yé. Directo, al grano y sin concesiones. A veces hay que andarse sin rodeos. Porque la falta de precisión se enmascara detrás de explicaciones aparentemente complejas. Que nos lo digan a los economistas. O a la señora Cospedal.




lunes, 23 de septiembre de 2013

Wait

Dicen que al que espera todo le llega. No lo tengo tan claro. A veces, como enseñan los buenos manuales de baloncesto, hay que salir a recibir la pelota para evitar que el defensa se anticipe. Otras, como nos indica magistralmente Clint en esta maravilla, es necesario un paso atrás para tomar impulso. Pero quizá, estar demasiado tiempo a la expectativa sea sinónimo de abandonar la lucha. Difícil equilibrio, como en tantas cosas. Sea como fuere, el  sencillo análisis al respecto de los 4 de Liverpool merece, como siempre, la pena. Magistral  la entrada de Paul en el 0:55, dando un contraste precioso a la melodía.









Paul McCartney y las últimas palabras de Picasso

Dicen que allá por mediados de los 70, Dustin Hoffman no creía que el bueno de Paul pudiera escribir casi instantáneamente una canción sobre el primer tema al azar que le propusieran. Así que aprovechó la ocasión un día que cenaron juntos. Viendo una noticia en el periódico sobre las últimas palabras de Picasso antes de morir, le propuso a Paul que compusiera algo al respecto. Y salió esto. Brindemos por ello, pues.


martes, 10 de septiembre de 2013

Little Willow

A Maureen Starkey todos la querían. Esposa durante unos años de Ringo Starr y amiga del resto de Beatles, su muerte prematura por una leucemia en 1994 fue un duro golpe para los Fab Four supervivientes. A pesar de haberse divorciado muchos años atrás, Ringo estuvo a su lado hasta el último instante. Y Sir Paul decidió escribir una preciosa canción para recordarla y lanzar un mensaje de esperanza. 

Una de esas pequeñas gema(nuria)s irrepetibles del baúl de Macca...y la razón 5464ava por la que McCartney I, McCartney II y McCcartney Avanzada deberían estudiarse como asignaturas obligatorias en todas las escuelas de música del país.  . ¡Hasta siempre, pequeño sauce!

viernes, 6 de septiembre de 2013

Paul Mccartney, genio de la melodía

Paul Mccartney tiene aproximadamente 50 de mis 55 cambios de melodía favoritos dentro de canción Pop. Y dos o tres están en este intento de sonar Motown. UUUUUU then I suddenly seee you. UUUUUU did I tell you I need you E-ve-ry single day of my liiiife!!!!