El Gran Causelo escribía en la pizarra a toda mecha. Y sin embargo, tenía el curioso don de detectar rápidamente las miradas de duda, a las que respondía lanzando una pregunta a bote pronto, que te obligaba a pensar rápido. Y fue precisamente después de uno de esos dardos intelectualmente provocativos cuando llegó la explicación que nunca olvidaré, por ser a la vez obvia y no haberme nunca parado a pensarla hasta ese momento. Cuando año tras año son las mismos los que compiten en un mercado para vender un bien, es razonable bajo ciertas circunstancias que con el paso del tiempo todo acabe en un pacto implícito para no molestarse mutuamente demasiado. El resultado es una conspiración en toda regla contra el consumidor. El propio Adam Smith dijo algo parecido en su momento.
Pues bien, algo de ello puede estar pasando con nuestros políticos. altas barreras de entrada que dan como resultado que siempre esté la misma gente, diferencias sobre el papel ...pero luego todos a una si se trata de cobrar dietas, pensiones vitalicias o proteger cuentas en Suiza. Quitarán la sanidad al que más la necesita, arrasarán (como ya lo están haciendo) con el talento investigador, dejarán todas las promesas en papel mojado y se lavarán las manos como Ponciopilatos del siglo XXI. Y nosotros, pobres corderitos, seguiremos votando al mismo lobo con distinto disfraz.
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