Los magos lo llaman la misdirection. Consiste en atraer la atención del espectador hacia un evento determinado, y aprovechar ese momento como distracción para realizar el truco a salvo de miradas incómodas. Pero ocurre que lo que para los magos es un verdadero arte, en la política se convierte en un fraude deliberado al sufrido ciudadano. Y eso es lo que me parece la venta de humo por parte de Monsieur Montoro. Lllevamos meses con predicciones de "ya hemos tocado fondo, ahora empieza el remonte", "ya se acercan los brotes verdes" o el más reciente e insultante "en España no han bajado los salarios". Así de paso, evitamos temas incómodos, como que a la gente literalmente la echen de su vivienda mientras los antiguos gestores (políticos) de las cajas disfrutan de su retiro dorado. A continuación está el tema de confianza. A diferencia de la energía, se crea y se destruye. De hecho cuesta mucho alcanzarla y se tarda casi nada en perderla. Es de cajón de madera de pino que cuando anuncias un objetivo de déficit que se incumple reiteradamente (por no hablar de la práctica totalidad del programa electoral), lo normal es que a la siguiente nadie te crea.
Lo mismo que la fruta madura al final
cae del árbol, algún día escampará la tormenta. Es posible que entonces
Don Cristóbal y su partido sean aclamados "a la Rato" como los pilotos
de la nave de la recuperación Pero ese día habrá que reflexionar
seriamente sobre si incumplir la totalidad de tus promesas, tapar
escándalos de corrupción y no explicar absolutamente nada de las
verdaderas razones de las políticas efectuadas es lo que queremos para
nuestro futuro. Y analizar si la recuperación es de verdad sostenible...por supuesto, con la mitad de analistas medianamente capaces
investigando en países extranjeros. Hasta entonces, y para después también, me quedo con este
verdadero artista, que no engaña a nadie, sino que hace magia de la
buena. Príncipe de Asturias ya, por favor.
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