lunes, 2 de septiembre de 2013

Macroeconomía, ciudad abierta

La macroeconomía me gusta porque es un arte y un reto. No está cerrada, a cada esquina hay una arista sin pulir,lo que da espacio para el pensamiento a contrapelo, y  para la discusión fundamentada. 

El impresionismo de Keynes descubrió un mundo agregado con forma desde la distancia pero detalle imperfecto. Luego llegaron los realistas, con Friedman y Lucas a la cabeza, artesanos del individuo, cuyo éxito temporal alimentó el sueño de una economía física en la que Dios no juega a los dados. Elegante, sútil y rigurosa, se desplegaba en el tiempo en forma de expectativas y sendas de equilibrio.

Pero las personas no son átomos, ni las sociedades simple suma de individuos. Ese algo es el desafío, los 21 gramos que separan al muerto del vivo. El gris elegante y preciso no se torna de manera automática en realidad multicolor. El desequilibrio existe y perdura, las propidades homeostáticas del sistema fallan, y un cóctel de suma de prejuicios, ideología, racionalidad relativa e incertidumbre son el reto. la síntesis queda pendiente.... ojalá consiga motivar a mis alumnos a pensar distinto...e innovar!!

Aquí una propuesta muy interesante.



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