jueves, 21 de enero de 2016

Severus

Se me ocurre que la serie de Harry Potter lleva ese nombre porque con demasiada frecuencia los verdaderos héroes no salen en los titulares ni en las portadas publicitarias. Bien hizo, por tanto, JK Rowling en esconder, conscientemente o no, detrás de las aventuras del mago adolescente a los verdaderos protagonistas, mucho más interesantes quizá que el propio actor principal. Porque así, en cierto modo, es la vida. Llena de luminarias que dan nombres a calles, mientras los verdaderos justos, merecedores sin duda de reconocimiento social, pasan en zapatillas por el planeta y en el tiempo, sin darse importancia. No hay calle a Sor Milagros. Sí para el General Mola. 

No estaría mal renombrar el Oscar a mejor actor secundario como el Severus Snape. Ni tampoco como el premio Alan Rickman, aunque posiblemente el sujeto habría rechazado ese merecido protagonismo que nunca buscó, pero sin embargo consiguió. Descanse en paz, uno de mis favoritos. El que me enseñó que no todo el monte es Gryffindor. Un secundario de lujo, que ahora estará para siempre a la vera de Dumbledore, en el incierto país al que tarde o temprano llegaremos todos.



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